martes, 6 de junio de 2017

De los errores también se aprende (y mucho)


Una Nueva Experiencia Gamificada


Hace un par de años, solo por cosas de la vida vi la serie española El Ministerio del Tiempo. No suelo ver series ni españolas ni francesas, confieso una preferencia marcadísima por las anglosajonas, tanto estadounidense como inglesas. Pero la casualidad quiso que alguien que conozco, compañero de viaje inolvidable y de profesión actor, trabajara en esa primera temporada. Su papel fue pequeño, pero le valió obtener uno mucho más importante en la segunda y a él, bravo por su excelente trabajo, estoy muy orgullosa de conocerlo. Pero me estoy apartando de la serie. Me encantó y de inmediato le vi el potencial para ser trabajada en clase. Utilizar fragmentos para ilustrar un punto histórico del programa, por ejemplo. Aunque a mis alumnos se les escaparían de seguro las deliciosas referencias y el humor inteligente. Luego vi que un par de colegas gamificadores compartían sus experiencias inspiradas en la serie de TVE, en lengua española o catalana pero en el área de historia. Sin embargo, todo sus experimentos y sobre todo su generosidad al compartirlos, fueron de gran ayuda.

Me lancé entonces este año con mi clase de Seconde. El programa de esa clase incluye una parte llamada Mémoire donde por supuesto el ingrediente histórico es de gran importancia. Por experiencia sé que no suele ser la parte favorita de los alumnos y siempre he buscado hacer cosas en el interior de esas secuencias que pudieran acercarles al contenido de manera diferente. Música, teatro y hasta cómics he usado.

Creé un sitio web y monté todo el proyecto con dos misiones: Reconquista y Nuevo Mundo. Solo pude terminar la primera y eso más de forma tradicional que gamificada. La aplicación del proyecto fue un fiasco. He reflexionado mucho en las razones de tales resultados y además de los errores de novata en estas lides que detecté, debo confesar con desanimo que resultó todo DEMASIADO innovador para mis alumnos. Los mismos se quejaron de no entender por qué todo ese jaleo de ser agentes (en realidad al principio eran solo becarios), eso de los roles no les convenció nunca. Además, el trabajar por tareas ya conocen, pero que varias de esas tareas fueran juegos, aunque a algunos le resultaba motivador a otros solo los desestabilizó al sacarlos de su zona de confort. Al realizar el sondeo con ellos no lo pusieron en esos términos, pero es lo que puede leerse entre líneas. Este tipo de trabajo solicita mucho más al alumno que otros más tradicionales y aunque si está bien hecho y las clases se adhieren al mismo, la motivación puede ser tal que les lleve a superar esas diferencias con relación a lo que están acostumbrados.

Cuento con las vacaciones de verano para pulir los detalles de lo que no funcionó y aplicar las mejoras y modificaciones necesarias pues sigo convencida de que es un trabajo interesante y que con esfuerzo y un poco de suerte (una clase un poco más abierta) podré cosechar mejores logros el año que viene. 


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