miércoles, 6 de mayo de 2009

Los Abrazos Rotos





La ultima película de Almodóvar que es alguien que ni necesita presentación ni todos los halagos que yo pueda hacerle, me ha dejado un gusto rancio en la boca. Durante nuestras merecidas vacaciones de primavera pude hacer un salto a la capital española. En esa reliquia de los cines madrileños que es la sala Callao vi. en excelentes condiciones el más reciente opus del genio manchego. No volvería a verla, salvo quizá, dentro de unos años.

Para explicarme, soy almodovariana de las primeras horas y me gustan sus épocas más que las de Picasso y en consecuencia he visto incontable veces su filmografía con la única excepción de La mala educación. No me extenderé en los detalles de mi desagrado para con esta película quizá demasiado personal y masculina para mi gusto.

Volviendo a Los abrazos... lo mejor y lo peor a mis ojos es curiosamente lo mismo: la auto citación. Mujeres... es una de mis favoritas y las escenas, incluso cuando mudas; escogidas y vueltas a rodar cambiando sólo algunas actrices son de un humor estupendo. Entonces, ¿Por qué me molesta tanto lo que me causa tanto placer?

Qué Almodóvar cita o hace referencia a películas, actores, actrices, escritores e incluso a otras artes: teatro, música, literatura u otros es uno de mis rasgos de predilección en este director. Creo que debo confesar que lo que me molesta es su (así lo siento) subida de humos, sus ínfulas. Cuando un autor se cita a sí mismo le da una importancia a su obra previa, que si bien en el caso de nuestro admirado Pedro es evidente, la falta de modestia le quita todo el encanto.

En todo caso, por lo que nos interesa es decir el trabajo con nuestros alumnos, a parte de describir las bellas playas de Canarias no veo ningún fragmento o aspecto que pueda utilizarse en clase.

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