domingo, 18 de abril de 2010

Postales de Venezuela


No la película no se llama así, aunque hubiese podido ser. En vez de eso, las postales; falsas por cierto, vienen de Leningrado. Fue esta le elección, mi elección para estudiar con mis alumnos de troisième. Dudé no lo niego, pero de todas formas mejor esa peli ya conocida, correcta y si bien particular, interesante que una obra maestra por descubrir. Sin embargo, para estudiarla seguí de bastante cerca las secuencias propuestas por un dossier pedagógico de lo cual me arrepiento en cierto modo. Dicho trabajo, muy completo y generoso a nuestra disposición peca a mis ojos de demasiado ambicioso para el nivel de mis peques. Ustedes dirán que no tenía yo más que adaptar pero aún así. En todo caso, el resultado fue positivo de manera general pero a precio de tres horas entre la preparación, el post-visionado y la corrección de sus trabajos. Poco rentable.

Demás está decir que el Opus de Mariana Rondón da una imagen de mi país que es histórica pero algo manipulada, su punto de vista claro, pero es difícil hacerle entender eso a unos niños de catorce o quince años.

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