jueves, 14 de agosto de 2014

Dale que dale y DELE que DELE





Llevo años preparándome y no precisamente para correr un maratón o subir el Himalaya. Desde que aprobé el dichoso concurso y me hice titular en Francia, he tenido cuatro letras en mi horizonte: DELE.

Es que siempre me ha parecido una obviedad la importancia de esos diplomas. Quizás porque vengo de un sistema en donde son indispensables, quizás porque tengo unos cuantos y debería tener incluso más. O porque en TESOL y/o en FLE se comenzaron a hacer antes que en español.

Poco cuenta la razón de la obsesión si por fin vamos a poder hacerla realidad. Este año escolar prepararemos a un grupo, espero reducido pero de calidad; para el DELE B1 escolar. Con la aprobación de la dirección, la inversión que conocemos en nuestros alumnos y la planificación detallada, confiamos en el éxito.

Según los resultados, compartiré con ustedes los materiales, estrategias y herramientas utilizados para la preparación. ¡Manos a la obra!

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