martes, 7 de octubre de 2014

Ganar indulgencias con escapulario ajeno




Cuántas veces nos ha invadido la duda. La duda de saber a ciencia cierta que un trabajo fue hecho realmente por nuestros alumnos. Solos. Tanto los alumnos que copian el trabajo de otros, como los que les piden a los padres o hermanos mayores que los suplanten me resultan insoportables. Aquellos que no trabajan en grupo y comen del fruto de los otros no quedan mejor parados. Pero los peores, sí, los peores son los colegas que quieren conseguir la gloria con el esfuerzo de los demás, sin sudarse la camiseta.

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